Director de Greenpeace señaló que medidas de seguridad fallaron pues debían haber aislado la radiactividad del medio ambiente.

Se Confirma fuga radioactiva en central nuclear Fukushima.


La compañía eléctrica Tokyo Electric Power Co (TEPCO), propietaria de la central nuclear japonesa de Fukushima, comenzó a liberar presión del reactor número 1 de dicha planta nuclear, informó el Ministerio de Comercio.
La empresa y las autoridades trataban de contener el aumento de la presión en las dos plantas nucleares en la prefectura de Fukushima, sin embargo, al final decidieron abrirla. Miles de residentes de los alrededores han sido evacuados.
Ante dicha información, el director de la Campaña de Energía Nuclear de la Organización Ecologista Greenpeace Internacional, Jan Beranek, manifestó:
“Cualquier cantidad de radiación que se libere a la atmósfera pone en riesgo la salud de las personas de la zona, la salud pública y el medio ambiente. Tanto en el caso de que se haya producido una fuga en la central nuclear de Fukushima, como si se ha forzado deliberadamente el escape, el hecho de que se hayan vertido a la atmósfera gases contaminados radiactivamente procedentes del reactor implica  claramente que fallaron las medidas de protección física diseñadas para aislar la radiactividad del medio ambiente”.

El colosal terremoto de ayer sembró una nueva y grave amenaza sobre los japoneses: según admitió el ministro de Industria de Japón, existen riesgos de que una central nuclear afectada por el sismo tenga fugas radioactivas.
Mientras intentaba conjurar el peligro, el Gobierno declaró la emergencia nuclear, implementó medidas de seguridad extraordinarias y evacuó a miles de personas que vivían en las inmediaciones de la planta de Fukushima, a 270 kilómetros de Tokio. También al cierre de la edición se conoció que una segunda central, cercana a la anterior, tuvo problemas de refrigeración tras el violento terremoto.
“Hay riesgo de fugas de pequeñas dimensiones”, dijo ayer el ministro de Industria Banri Kaieda, cuando todo el mundo estaba pendiente de lo que ocurría en uno de los seis reactores de la central, cuyo sistema de refrigeración se vio afectado mientras se desactivaba la planta. La interrupción del mecanismo hizo bajar el nivel de agua necesario para enfriar el reactor, lo que a su vez aumentó la presión a 1,5 veces el nivel considerado normal. Anoche, la agencia de noticias Kyodo, citando a una comisión de seguridad, dijo que esos valores implicaban que esa planta registra un nivel de radiactividad mil veces superior a lo normal en su reactor número uno.
Entre las medidas que se preparaban para aliviar esa presión que pone en peligro la seguridad del reactor, un equipo de técnicos nucleares se aprestaba anoche (hora argentina) a liberar una cantidad de vapor radioactivo, que las autoridades describieron como inocuo para la salud.
Mientras los especialistas exploraban estas variantes, el Gobierno declaró el estado de emergencia nuclear , lo que le permitió reforzar con rapidez dispositivos extraordinarios de seguridad. “Adoptamos esta medida para estar plenamente preparados para lo peor ’’, declaró con ánimo sombrío el secretario del gabinete, Yukio Edano. Minutos después de esa declaración, se decidía ampliar la zona de evacuación de tres a diez kilómetros alrededor de la central, lo que incluyó a unas 40.000 personas .
Horas antes, cuando se supo de la falla en la planta, Estados Unidos envió a Fukushima una gran cantidad de líquido de enfriamiento nuclear. “Japón depende de la energía nuclear y tiene estándares técnicos elevados, pero no tenían líquido de enfriamiento suficiente”, dijo la secretaria de Estado Hillary Clinton.
En Japón funcionan 54 reactores nucleares , hay tres más en construcción y otros once proyectados.

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